jueves, 5 de julio de 2012

YO LO TENGO CLARÍSIMO!!!


Después de advertirle al pueblo (en uno de esos diarréicos discursos) que “quien no es chavista no es venezolano”, el dictador cae otra vez en su propia trampa, y convierte sus lamentables palabras en un veneno que sólo se habrá de tomar.

El 1 de julio comenzó la campaña electoral con dos opciones muy claras y distintas, que esperan con más ansiedad que calma la decisión de todo el país. Por un lado,  la obsoleta y aburrida dialéctica de un comunismo sesentón,  representado por la omnipresente y ahora moribunda figura del caudillo. 
Por otro lado, un camino lleno de esperanza y libertad que con la paciencia desteñida tras 14 años de ineficiencia y destrucción,  espera por la decisión de la inmensa mayoría de los venezolanos…
Un camino lleno de ganas por salir adelante que lidera Henrique Capriles Radonski.

Durante todos estos años de retrógrada revolución,  hemos reposado la excusa de su longeva existencia sobre los hombros de la pobreza y la incultura de los más necesitados.  Pero la realidad es que los actuales seguidores de ese lapidario proceso político mal definido como bolivariano, hoy sólo son las borras intragables de una historia mal colada por los oportunistas locales que no pueden desprenderse de su debilidad ante el dinero fácil;  por los engañados y  esperanzados en la cuentera promesa de una pronta casa propia;  por los malandros que se encuentran viviendo su etapa “Disney”.

En fin, la claridad con la que veo el escenario político venezolano en materia de decisiones, me hace pensar (y más que eso, estar plenamente convencido) que el camino Radonski es sin duda alguna el que la mayoría de mis compatriotas y yo tomaremos este 7 de octubre.

Sin embargo, la trampa está echada por parte de la escoria gubernamental, y durante los restantes días de la campaña electoral nos enfrentaremos irremediablemente con muchos atentados contra la dignidad… nos enfrentaremos irremediablemente con el verbo siempre inoportuno y más que agotado del también agotado candidato oficialista… nos enfrentaremos irremediablemente con la envidia constantemente exhibida por quienes aún ostentan algunos vestigios de poder mal administrado.

La energía de mi candidato es un monumento a la envidia del dictador en la lejanía, sumido la enfermedad que le está tocando morir. 

Esa imagen de hombre joven recorriendo hombro a hombro con miles de seguidores las calles de todos los rincones del país, contrasta ventajosamente con la de un hombre cansado, gordo, que en sus delirios de gigantismo se cree dueño hasta del gentilicio,  montado en una carroza al mejor estilo del Rey Momo y saludando  (con la hipocresía que da el distanciamiento en las alturas) a un pueblo que sólo va buscando un poco de cerveza, comida y fiesta.

Lo que está por definir el futuro de Venezuela, estemos allá o no, es nuestro criterio acerca de cuál de los dos escenarios es el que más le conviene al país.  Así que nuestro voto, en esta especial oportunidad, será el claro reflejo de lo que cada uno de nosotros entienda por crecimiento, desarrollo, dignidad y decencia. 

Aunque haya dos opciones, solo hay un camino.


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