miércoles, 26 de septiembre de 2012

REMATE TOTAL!!!!!! 90% DE DESCUENTO EN CONCIENCIAS







En este momento en que Venezuela está a punto de demostrar de qué está hecha y que la aproximación a un camino de libertad es una evidencia que sobrepasa con creces tantas opiniones en alquiler disfrazadas de encuesta, comienzan a surgir ciertos despistados políticos que siempre (fallidamente) han buscado arrimarse al poder y entrar en él aunque sea por la puerta de atrás.

Uno de estos personajes, que es noticia más por dantesco que por político, es el señor William Ojeda. 
Este “camaleonesco” candidato del derrotismo y del fracaso incuestionable, ahora anda arrastrando sus papilas gustativas por todos los traseros de cuanto revolucionario encuentra en el camino, reclamando esa limosna que hace rato él cree merecer y que por razones obvias no recibió del lado digno del país.

Ahora lo vemos en VTV, con esa lastimosa expresión facial de “ponchao” (típica del oficialismo), intentando rescatar una moralidad que nunca tuvo y desprestigiando a cuanto opositor se le viene a la memoria.

¿De dónde salió este impuntual oportunista, que parece llegar siempre tarde a la cita con su propio éxito?

¿Qué piensa que hace este pequeño ejemplar del cretinismo político?

William Ojeda se encuentra hoy en esa triste posición de “pajudo”, que en su raíz etimológica más clara se refiere a “quien habla paja”, es decir, quien dice cosas inútiles que sólo sirven para llenarse el popularmente llamado “buche” tras  la finalidad única de ocupar sus mandíbulas con palabras mayoritariamente insensatas y con muy poco grado de coherencia.

Patético.  Esa podría ser una definición corta y precisa de este gris personaje. 

Ahora se atreve a hablar del famoso “paquetazo neoliberal” de la MUD…Otro invento que el moribundo dictador puso en boca del señor Ojeda, luego de pagarle una platica para que se quedara en ese limbo político dando señas de “preocupación social” ante un aterrador documento que ni siquiera existe.

William Ojeda es uno de esos tipos que aparecen todo el tiempo, en todas partes, pero nadie jamás les presta atención, e inteligentemente (o tal vez no tanto así) Chávez decidió aprovechar la oferta de conciencias, y compró la más barata con la fallida intención de enturbiar los discursos que en la recta final de un proceso electoral, muchas veces incomodan…pero solo eso.

Después de insistir sin éxito sobre el  “paquetazo”, ahora el indefinido diputado intenta desprestigiar la labor desarrollada por la oposición en el Municipio Sucre, con una sorda lloradera que solo moja sus frustrados deseos por ganar algún día algo en su vida pública.

Hoy, podría yo apostar por la rabia del dictador tras haber perdido sus reales comprando la conciencia equivocada. 

Hoy, podría apostar yo a que más de un revolucionario está sintiendo ese olorcito a derrota que también se sintió hace unos años en las Parlamentarias. 

Hoy, podría apostar yo al derrumbamiento de los pronósticos que igualmente se derrumbaran al anunciar el fracaso de las Primarias organizadas por la MUD.

Y así podría seguir en una interminable cuenta de inexactitudes tomadas por este régimen que agoniza y está pronto a convertirse en un pasado, o mejor dicho, en un olvido que sólo debemos desengavetar cada vez que exista el peligro de que algo parecido amenace con volver a suceder.

La Venezuela que está a punto de reestrenarse se está despojando (desde ya) de este desgobierno excluyente y retrógrado, y muy lejos de un sentimiento de venganza, pretende convertir los últimos 14 años en un mal momento… solo eso. 

A partir del 8 de octubre, los verdaderos delincuentes de este régimen tendrán que esperar su juicio y asumir su responsabilidad con la cárcel que merecen; y los “voceros del fracaso” como el diputado Ojeda, tendrán la oportunidad de seguir buscando (aunque sin éxito) a quién ofrecerle en remate lo que quede de su conciencia.

A William Ojeda sólo se me ocurre recomendarle algo que aprendí a decir en Costa Rica: “callaíto es más bonito”.

Hasta la próxima.