sábado, 14 de abril de 2012


FE DE ’’RATAS’’

Por Eduardo Velasco


 Antes de ni tan siquiera soñar con ocupar las cuotas de poder más enfermizas y totalitarias de los últimos cincuenta años, el hoy dictador venezolano ya hacía gala de su muy escaso desempeño intelectual.  Para muestra, intentemos recordar el nombre del primer movimiento con pretenciones de partido político que inventó el Espanto de Sabaneta en lo que serían sus primeros pasos oficiales como caudillo.

La mentada agrupación se simplificaba con las siglas MVR, pero si decidimos continuar con el reto de nuestra memoria hacia esos primeros capítulos de esta fatídica etapa de la historia de Venezuela, llegaremos a recordar que el nombre real de ese futuro desastre era (con sus letras completas) Movimiento Bolivariano Revolucionario, o sea, MBR. 

Siendo así... ¿De dónde salía la ’’V’’ en esa trilogía de letras? 
¿Será que alguno de los genios de la próxima a estrenarse revolución pretendía hablar de ’’Volibarianismo’’?  ¿Será que su sobremanoseado héroe no era Simón Bolívar sino Simón ’’Volíbar’’?

La verdad es que ese es un capítulo más, forzadamente cerrado por el olvido. Pero lo que camuflaron bajo el nombre de Movimiento Quinta República MVR (con el uso del número romano ’’V’’) realmente es el primero de muchos y muy variados errores que Chávez y sus patéticos ladrones cometerían de ahí en adelante.
De manera que no se trata, como lo hicieron creer, de un cambio de nombre por respeto al símbolo patrio que para aquel entonces representaba El Libertador.  Se trata, simple y llanamente, de una falta ortográfica.

Desde ese momento, la escritura y el verbo de cada revolucionario que tiene la desatinada oportunidad de hablarle al país a través de los medios de comunicación, la aprovecha para afianzar su ineptitud no solo como gobernante, sino como persona pública.

Fue el propio dictador, quien jugando a ser profesor en un tristemente recordado y maratónico show de TV, escribió en una pizarra y ante la mirada de todo el país y del mundo, la palabra ’’adquerir’’, en lugar de ’’adquirir’’. 

Tal vez el evento habría pasado por debajo de la mesa si no se hubiese tratado de una clase de alfabetización que el dictador se atrevió a impartirle a un grupo de ciudadanos inscritos políticamente en la no menos patética Misión Robinson, destinada (en teoría) a sacar del analfabetismo y del oscurantismo cultural a un gran sector de la población sin conocimiento para leer ni escribir.

Ese capítulo de nuestra historia en revolución se entremezcla con muchos otros que han demostrado sin vergüenza alguna el bajísimo nivel intelectual de los más altos peldaños del poder también mal llamado bolivariano.

Sin ir muy lejos, hace algunas semanas a la no menos lamentable Ministra de Salud, inaugurando un hospital, la escuchábamos haciendo referencia (micrófono en mano y reiteradas veces) de ’’la área’’ de cirugía y maternidad.
Claro, si tomamos en cuenta que la ministra estaba transmitiendo su acto inaugural a través de VTV, pues la cosa se disimula mucho más dada la destacada trayectoria del canal del estado revolucionario en materia de horrores ortográficos, principalmente en sus programas de opinión y noticieros.

Parece indetenible el deterioro intelectual de todo lo que tiene que ver con este proceso totalitario que en sí mismo es un error.

Y tras aceptar la decadencia cultural a la que estamos sometidos diariamente, los venezolanos ya nos hemos acostumbrado a ver escritas en la pantalla de ’’el canal de todos los venezolanos’’ frases como ’’época de Sembrina’’, hablando de los días festivos de navidad;  ’’Ministro de la Defenza’’ con la Z del zorro;  ’’Extrangular al proceso revolucionario’’ explicando la presión social que ciertos sectores políticos y empresariales ejercen sobre el régimen; ’’Candidato de la opocisión’’, refiriéndose al próximo Presidente de Venezuela...
En fin, el desfile interminable de atentados contra el idioma que comete nada más y nada menos que el principal medio de comunicación masiva del régimen, es poco menos que interminable y algo más que vergonzoso.  Pero en un gobierno que ha olvidado su razón de ser y sólo se dedica a pelear con la dignidad y a justificar su indiscutible ineficacia, esas cosas se convierten en el pan nuestro de cada día.

Aún recuerdo hasta con simpatía el audaz twit que ante el rumor de la muerte del caudillo enviara a la familia presidencial el diputado chavista Israel Sotillo, en un gesto descontrolado de jalabolismo post mortem.  Ahí, este traslúcido miembro activo de la revolución manifestó a los parientes del presunto fallecido sus más sentidas ’’condolensias’’ por la irreparable pérdida.

Un poco de risa y otro tanto de tristeza es lo que provocan estos casos que pretenden resumir la brutalidad lingüística del chavismo en su más pura esencia.

Lo cierto es que el dictador venezolano y toda su comitiva de desletrados y malhablados, deberían ofrecerle al país una gran FE DE RATAS...perdón...DE ERRATAS que al menos disculpen lo que a simple vista podría identificarse como Incultura del siglo XXI...solo eso.

¿Cuánto tiempo más tendremos que soportar esta larguísima secuencia de horrores (ortográficos, políticos y sociales)?  

De todos es sabido que la mayoría de los venezolanos, cuando hablamos, nos comemos las ’’eses’’:
-Hablamoj y decimoj laj cosaj de una manera máj cómoda que otraj personaj en el mundo. Y eso ej así...Ni máj ni menoj.

Ahora bien, ante el evidentemente paupérrimo manejo del idioma por parte del régimen, me pregunto: ¿Será que durante estos últimos 13 años, en lugar de comernos las ’’eses’’ al hablar lo que nos estamos comiendo los venezolanos son las ’’eces’’ al vivir?

El próximo 7 de ’’optubre’’ las cosas en Venezuela van a cambiar con toda seguridad.
La ’’occión’’ es clara.



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