viernes, 1 de junio de 2012

¿MAYORÍA APLASTANTE O MINORÍA APLASTABLE?



Tengo algunos días reflexionando acerca de la clara y anunciada presencia de las FARC en Caracas. 
Este tema, abordado por Henrique Capriles en su precampaña electoral y por algunos medios nacionales e internacionales como una antesala a lo que debería convertirse en una gran denuncia, me hace pensar que la pelea de aquí a octubre va a requerir de la oposición una paciencia extrema frente a la guerra sicológica, y un coraje a toda prueba frente a las posibles acciones de estos guerrilleros subcontratados por el dictador para estos momentos de inquietante realidad política.

De todas todas (y así tenemos que entenderlo), el casi expresidente de Venezuela tiene ya mucho tiempo sin un apoyo representativo de sector alguno del país,  y sólo hasta las últimas elecciones logró aplicar sus mejores trampas camuflándose tras las divisiones y las consecuentes contradicciones que para entonces existían entre sus adversarios.  Fueron esas divisiones, y no la casualidad, las que permitieron que el dictador hiciera y deshiciera su propia historia… a su antojo.

Claro, ante una oposición unida en un solo candidato y en un solo y coherente programa de gobierno, la plaga roja se encuentra hoy sobre un escenario que no permite chanchullo alguno.  Un escenario en el que la podredumbre presidencial no tiene dónde esconderse y las mentiras se desvanecen convirtiéndose en olvido de manera inmediata.

Pues bien, es esa imposibilidad de trampa la que me hace llegar a un punto de reflexión, y en todo caso, a varios posibles ambientes electorales.

De todos es sabido que actualmente Capriles es el ganador indiscutible de la presidencia de la nueva república…Y eso también lo sabe el dictador y toda su comitiva de aduladores.  Partiendo de esa certeza, regresamos entonces al tema con que inicié este artículo: las FARC.

En lo personal, podría pronosticar una campaña minada de un “malandraje profesional” destinado a generar el estado de caos que requiere el caudillo en esta situación de desesperación ante la inminente derrota. 
Amenazas y eventuales atentados contra ciertos dirigentes de la oposición es algo que pudiera ocurrir en el transcurso de estos meses definitorios.

Pero la hipótesis que más me genera preocupación es la de un Chávez que sin temor a ser descubierto en su trampa, y con el mayor descaro, niegue el triunfo de su rival y utilice la violencia natural de las FARC para proteger su gran fraude.
(Recordemos que para ese entonces ya Venezuela estará fuera de la CIDH, lo cual implica ausencia oficial de veedores internacionales y ausencia de una protección mínima ante potenciales atropellos por parte del régimen).

De esta forma, el dictador venezolano estaría definitivamente recorriendo a sus anchas la alfombra roja del totalitarismo;  alfombra por la que han desfilado decenas y decenas de dictadores en la historia…
Esa es su intención y la de sus más allegados chupamedias.

Ahora bien, recordemos que el régimen NO TIENE LA CANTIDAD DE SEGUIDORES QUE ASEGURA TENER, y que en realidad está conformado por un grupito de ineptos y aprovechadores de ocasión, que en un manejo “hitleriano” de la información pretenden seguir haciéndole creer al pueblo que son una mayoría aplastante.

MENTIRA!!! La realidad es que son una minoría aplastable que hay que terminar de destruir a través del voto valiente: la única y verdadera decisión popular.

Como dije antes, vienen meses complicados… pero como también se ha dicho siempre: después de la tormenta viene la calma. 




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