viernes, 29 de mayo de 2015

UN MAL CHISTE GRINGO: CUBA SALE DE LA LISTA DE PAÍSES TERRORISTAS

Tal vez sería un atrevimiento de mi parte decir que lo que aquí comienzo con estas palabras, es un análisis de una situación tan compleja como la reanudación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.  Sin embargo sí es para mí una necesidad tocar este tema que considero socialmente sensible.

Para comenzar por lo que supongo es el principio, creo que la decisión por demás sorpresiva de Obama y Castro de hacer ese anuncio simultáneo, digno del Día de los Inocentes, no estuvo tan bien pensada.

Los primeros días después del shock, había una buena parte de los cubanos que viven fuera de la Isla molestos por ese repentino “amiguismo” surgido sin anestesia.  Otros,  que padecen a diario y en carne propia los desmanes del trasnochado comunismo iniciado por Fidel, comenzaron a ver el hecho como algo positivo.  Y entre unos y otros, nos sumamos quienes escuchamos los discursos de ambos mandatarios con inevitable escepticismo.

La noticia se fue fundiendo y confundiendo con muchas otras.  Mientras tanto, el trabajo diplomático entre las dos naciones (otrora adversarias ideológicas y enemigas a muerte) fue compartiendo agendas económicas, políticas y hasta culturales hasta convertir un rumor de pasillo en una decisión tomada: Cuba sale de la lista de países terroristas o que contribuyen con el terrorismo.

Para mí no cabe duda de que este tema en particular formaba parte de la negociación que dio inicio a todo este proceso. 
¿A cambio de qué Obama acepta esa propuesta que supongo condicionante?
¿Qué le puede dar Raúl a su homólogo gringo que tenga un precio tan políticamente alto?
¿Cómo puede de un día para otro salir Cuba de esa fatídica lista?

Con esta decisión tomada, como dije anteriormente, la Isla caribeña comienza a deslastrarse de una carga muy pesada en la tan cuestionada “moral internacional”, y al desmarcarse de ese estigma (plenamente justificado durante más de 56 años de revolución), ahora los Castro aparecen con su cara bien lavada como si nada hubiese ocurrido nunca…Aparecen como los hermanitos incomprendidos que ya pueden sonreir (con sarcasmo y sadismo) a ese mundo que calla, sabiendo que ahí hay gato encerrado.

Me imagino que Obama debe al menos sospechar que es un cuento que nadie cree, razón por la cual habría que preguntarse:
y entonces…¿por qué lo hace?

Yo ni lo imagino, pero sí debe ser algo muy muy importante, porque la impotencia emocional que esa decisión debe estar causando en los cubanos que algún día tuvieron que abandonar su casa y su país por culpa de esos dos tiranos (Fidel y Raúl), no la quiero para mí.  Eso, sin mencionar a todos aquellos que también partieron con menos suerte que los primeros y que hoy ni siquiera viven para manifestar su rabia.

Así las cosas, vuelvo a pensar que las relaciones diplomáticas son un juego perverso entre un grupo pequeño de personas capaces de ignorar el deseo y las necesidades de todo un pueblo.

¿Será que mañana Maduro también contará con la venia de Obama o de cualquier otro presidente norteamericano?  No lo sé, pero al paso que van las cosas no sería de extrañar.

Por ahora, me tendré que conformar con ver al mandatario caribeño y al norteamericano coincidiendo en cumbres y encuentros, y firmando tratados comerciales, a la espera de que algún día, de manera sorpresiva, alguien le anuncie al mundo que todos estos acontecimientos que multiplicaron el dolor y la humillación arrastrada por los cubanos durante tantos años, terminó valiendo la pena.


    

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