A estas alturas de la historia “revolucionaria” venezolana,
pocas cosas pueden llegar a sorprendernos o asombrarnos. Sin embargo las
declaraciones del señor José Miguel Insulza, acerca de la lamentable decisión
de la OEA de no haber prestado atención a la situación en Venezuela, son aún
más lamentables, por no decir que vergonzosas.
La histórica ineficiencia de este patético personaje, se
entremezcla ahora con un “caradurismo” que debe hacernos reflexionar sobre el
nivel de las personas que encabezan instituciones globales como la Organización
de Estados Americanos.
¿Realmente un tipo como Insulza está preparado para un cargo
como el que desempeñó durante años al frente de dicha Organización?
Siempre dispuesto a obsequiarnos silencios cómplices…
Siempre convenientemente distraído ante los insultos que le propinara el
difunto dictador Hugo Chávez… Siempre con declaraciones que parecían más
excusas que posiciones adquiridas sobre el tema.
Hoy, Insulza se deja desplomar sobre su propia desvergüenza
en lo que podríamos definir como un atentado a la paciencia de los
venezolanos. Un atentado a la dignidad
de todo un pueblo que se siente ofendido dentro y fuera de su país.
Muy triste llegar a cierto peldaño de su vida política con
un recuento tan amplio de desatinos y miedos claramente expuestos.
No importa. Los
venezolanos seguiremos intentando salir de este atolladero con la ayuda (aunque
sea tardía) de un sector de la comunidad internacional que ya comenzó a
percatarse de nuestra realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario