Esa cara de Francisco
ante el regalo de Evo
fue la cara que en principio
pusimos todos al verlo.
Una hoz con su martillo
y Jesucristo en el medio
un detalle no muy fino
para arruinar el momento.
Qué inoportuna ocurrencia
del dictador boliviano
ofender a su eminencia
con semejante descaro.
Cuando está en la presidencia
un hombre tan desgraciado
pasan cosas como ésta
que aquí les estoy contando.
Y no me vengan ahorita
con ese barato cuento
de que soy capitalista
y un esclavo del imperio.
Lo que sí salta a la vista
y lo digo muy en serio
es que da rabia y da risa
tanta falta de criterio.
Quién le habrá dicho a Morales
que tremenda estupidez
sería un gesto agradable
para el padre de la fe.
La política es un arte
muy sencillo de entender
que no cabe en todas partes
aunque lo quieras meter.
Esa hoz y ese martillo
nada tienen según yo
con la Iglesia ni con Cristo
ni con las cosas de Dios.
Entonces pequeño Evito
para alguna otra ocasión
métete el regalito
donde no te pega el sol.
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