Si buscamos la respuesta de esta
historia
en la historia misma encontraremos
personajes que llenaron con su escoria
nuestro impóluto baúl de los recuerdos.
Si tan solo de presidentes hablamos
podríamos culparlos uno a uno
por haberle la espalda siempre dado
a ese trozo de pueblo más chucuto.
Esa fiesta en la que todos un pie
echamos
nos distrajo de otra fiesta que muy
cerca
iba armando de otra forma su tinglado
con más luces, más cerveza y con
orquesta.
Y así fueron transcurriendo aquellos
tiempos
disfrazados de ilusión y democracia
con las máscaras que siempre nos
pusieron
los bufones de la próxima desgracia.
El castigo que hoy en día padecemos
por pensar que ese problema era de otro
es injusto pero igual lo merecemos
por seguir haciéndonos los locos.
Cierren bocas, cierren ojos, cierren
todo
los que siempre manejaron nuestras
vidas,
dejen libre y dejen solo al pueblo
solo…
sin ustedes van sanando las heridas.
Los políticos fantasmas del pasado
que hoy se sienten salvadores del
momento
no entendieron que sus días se acabaron
y más bien contribuyen al tormento.
El silencio se inventó para callarse
nuestro puño se inventó pa defendernos
de estos tristes vividores que rapaces
se comieron la ilusión con puro cuento.
El castigo que hoy en día padecemos
ya lo dije unas líneas más arriba
es injusto pero igual lo merecemos
por la culpa de estos genios
arrimistas.
Me cansé de escuchar lo mismo siempre
siempre igual con la misma cantaleta
tan culpable es el hombre que la mete
como lo es la mujer que se deja.
Sin tener que depender de los culpables
sólo el pueblo puede ser de nuevo
pueblo
por ahora eliminemos a Hugo Chávez
y después todos juntos ahí veremos.
No más verbos de políticos añejos
no más gritos de dictadores baratos
el futuro feliz no está tan lejos
y el presente ya no puede ser más malo!
Sangre fresca es lo que todos hoy
pedimos
apuntando hacia el mañana, mentes
nuevas
no queremos ni hablapaja ni caudillos
que se sigan devorando a Venezuela.
Ahí mismito en octubre está la historia
esperando pa cambiar protagonistas
no olvidemos reservar en la memoria
cada letra equivocada y mal escrita.
“Aquí yacen un montón de delincuentes
de políticos de honor mal disfrazados
sólo quedan los recuerdos decadentes
de este cuento que por fin se ha
terminado”.
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