sábado, 12 de septiembre de 2015

VALERIA ANTES Y DESPUÉS DE NACER

VALERIA (antes de nacer)

Te busco
desde ahora
algo más allá
de un vientre enamorado.

Entre las espesas aguas
que protegen
aún
unas manos atrapando vacíos,

unos ojos entrenando miradas,

un llanto de llegada
a punto de estallar.

Contigo
pienso estrenar mis mejores esfuerzos.

Y es que mi compromiso
con tu sonrisa
es inaplazable.

Es como esa promesa de lucha “porque sí”
que nos hacemos
cuando debemos retomar la vida
y apostar a que el tiempo
nunca más nos podrá volver a jugar sucio.

Hoy,
cuando solo alcanzo a imaginarte,
se fuga de mi emoción
algo parecido a una lágrima
que te va dibujando
en mis desbordados deseos de verte.

Ojalá que gracias a mi expresión
de muy dudosa inteligencia
me reconozcas
y me des tu segunda sonrisa
antes de que tu mamá
me cuente cómo fue la primera.





VALERIA (después de nacer)

Así te veía venir,

Dispuesta a convertir en versos
mi vida a tu lado.

Con la claridad de la rima que se adivina…
de las palabras precisas…
de la métrica perfecta.

Tu expresión de “no sé qué”
se topó de pronto con la mía
de “no lo creo”,
y ahora,
pocos días luego de tu llegada
a mi inevitable planeta
creo que nada de él
podría distraer mi atención en ti.

Tu primera sonrisa
apenas esbozada
con mucho de tu esfuerzo
y más de imaginación
se repite con demasiada frecuencia
en los refugios de mi pensamiento,
retando a cada idea de tortura que llega,

esta vez,

con la derrota anticipada.



Gracias Valeria


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