viernes, 27 de abril de 2012

EL ENFERMO ESTÁ DE PREAVISO


Es increíble la capacidad que tiene el régimen de hacernos ver como cotidianas, cosas que están llenas de vicios legales y morales.

Ante la rutina hospitalaria que el dictador cumple estrictamente y con un consecutividad implacable en Cuba, los representantes del oficialismo insisten en convencernos de que ’’él es el jefe y tiene todo el derecho de buscar su salud donde lo crea necesario’’.

Sólo esta reiterada frase me basta para poner algunos puntos sobre la íes.  Puntos que sabemos no toman en cuenta los cada vez menos abundantes partidarios del caudillo, y que el resto de los venezolanos estamos comenzando a ver como simple parte del paisaje político.

A ver si logro ser lo suficientemente explícito sin ser demasiado grosero. 

Lo primero que deseo recordarle a todos es que el presidente NO ES EL JEFE.  El presidente, que en este caso es gravemente sustituido por un dictador de poca monta llegado a Miraflores por culpa del azar y por la comodidad irresponsable de la mayoría de los venezolanos hace ya casi 14 años, es un empleado, y como tal debe rendir cuentas de cada uno de sus actos y de cada uno de sus gastos.

El ejercicio no es complicado:  imaginemos que Venezuela es una empresa.  Pues bien, en esa empresa, el jefe somos todos los venezolanos...TODOS sin execepción, y el presidente es un empleado de tantos que deben cumplir con un horario, una agenda, unos objetivos...y unas normas.
No conozco, por ejemplo, ningún empleado que se exima de justificar su ausencia por enfermedad, y menos conozco una empresa que se lo permita.

El dictador (empleado) se enfermó y jamás los venezolanos (el jefe) recibimos una explicación oficial y una nota médica (reposo) explicando su estado real.  Pero como si esto fuera poco soportar, el enfermo decidió tratarse en el extranjero para lo cual tomó sin permiso millones y millones de dólares a la empresa (Venezuela), como si fueran suyos.  Con ese dinero, además, viajaron otros empleados allegados (ministros y chupamedias de oficio) previa excusa de que trabajarían desde el lecho del enfermo, y para terminar de darle forma al abuso, algunos familiares también se tomaron la libertad de viajar... con el mismo dinero de la empresa.
Claro, pero la burla no sería tal sin un video que mandó el mismo empleado enfermo jugando bolas criollas con todos los personajes antes mencionados.

Esta historia, que por cierto se repite una y tantas veces como el dictador requiera de terapias y operaciones ocultas, se ha institucionalizado de tal manera, que ya nadie atina a cuestionar semejante robo público, y la versión repetida y casi aprendida de los oficialistas de turno es, como escribí al inicio de esta nota: ’’él es el jefe y tiene todo el derecho de buscar su salud donde lo crea necesario’’.

En el supuesto negado de que tal estupidez fuera cierta, me preocupa como venezolano saber que ni el propio presidente de la república confía en la medicina y en el sistema de salud que él mismo se ha encargado de venderle al pueblo durante años de fracaso e ineficiencia.

Así las cosas, seguimos en este vaivén que el cáncer del dictador nos ha establecido como ritmo de vida a todos los venezolanos. 
Seguiremos viéndolo salir a Cuba con toda su comitiva y aprobando leyes por twitter. 
Seguiremos sintiendo y (en algunos casos) hasta agradeciendo su ausencia. 
Seguiremos soportando el robo de milllones y millones en su inútil tarea de intentar salvarse...
...y seguiremos apostándole el futuro al pensamiento joven y honesto del candidato de la oposición.

Pareciera que la mejor estrategia es esa: no hacerle el juego a las trampas revolucionarias, no caer en la tentación de responderle a las ofensas que el dictador no deja de repetir a sus contrincantes políticos, y no esperar del régimen más que las mismas mentiras de siempre con el aliño de la derrota entre letra y letra.

Mientras tanto, la enfermedad del caudillo va haciendo lo suyo, cambiando potencialmente la historia que está por escribirse y provocando que su propio partido se delate con evidentes y muy baratas ambiciones de poder.

Lo que está clarísimo a estas horas, es que tanto el enfermo como gran parte de sus compañeros de ¿trabajo?, están en un ineludible y lapidario  período de PREAVISO, que termina (para bien de la empresa) el próximo 7 de octubre.

Así lo decidió EL JEFE!



sábado, 21 de abril de 2012

APONTE APONTE... CANTÓ CANTÓ



Cuando un excremento de perro se encuentra reposando en algún jardín durante mucho tiempo, llega a formar parte del paisaje y ni siquiera el olfato se percata de su existencia...y hasta podemos acostumbrarnos a vivir con él.
Sin embargo, si por casualidad a un pie mal intencionado, distraido o ’’vengativo’’ se le ocurre tocarlo, el hedor de tal recuerdo canino revive sin compasión ante las ya dormidas narices cercanas.

Algo muy parecido está ocurriendo con las dantescas y espeluznantes declaraciones del ex-magistrado Aponte Aponte en Estados Unidos.

Escuchar a este personaje extraído de los rincones más oscuros del descaro y la ironía, resulta aún más nauseabundo que escuchar al propio dictador o a cualquiera de sus más allegados y ’’afectados’’ colaboradores.

Pensar que este gordito con cara de buena gente ocupó cargos de importancia en las Fuerzas Armadas y llegó incluso (y a dedo, claro está) a ser magistrado de la Corte, me produce intensos y repetitivos espamos en la boca del estómago. 

Qué otra cosa puede provocarme un ’’revolucionario’’ que admite como si nada que firmó un montón de carnets a miembros ’’misteriosamente’’ honorarios del ejército; que sabía de los perversos montajes judiciales para hundir (a pesar de su reconocida inocencia) a personas como la jueza Afiuni y el señor Mazuco; que reconoce haber participado en las reuniones semanales en la vicepresidencia para repartir sentencias a gusto; que fue cómplice del tránsito de drogas en las instalaciones de las propias Fuerzas Armadas por instrucciones de silencio y facilitación emanadas directamente del caudillo, y que acepta sin pelos en la lengua que los comisarios (por ejemplo) son, como muchos otros, presos políticos.

En fin, escuchar todas estas historias llenas de aberraciones y desvergüenza me llena de una indignación pocas veces sentida.  Pero lo que parece un chiste repetido y sin gracia es la predecible reacción de los revolucionarios de turno cuando advierten públicamente que se trata de un movimiento cuidadosamente diseñado por la oposición, en componenda con los gringos, para desprestigiar al gobierno y a sus ’’ilustres’’ miembros y representantes.

Los dos o tres venezolanos que insistan en creerse ese cuento barato de la CIA, del Imperio y de espionajes al estilo James Bond, deben en este momento estar pensando si vale la pena ser tan ingenuos o es mejor cambiarse al lado de la dignidad y el futuro de una vez por todas.

Estas declaraciones del ex-magistrado Aponte Aponte aclara mucho más la irresponsabilidad histórica de este régimen de pacotilla, que cada vez encuentra menos atajos a la hora de enfrentarse con su propia ineptitud y con su propia mala sangre.

Así son los rateros: cuando uno de ellos se ve atrapado, ninguno de sus compinches de malandraje se salva de su propio veneno.








sábado, 14 de abril de 2012


FE DE ’’RATAS’’

Por Eduardo Velasco


 Antes de ni tan siquiera soñar con ocupar las cuotas de poder más enfermizas y totalitarias de los últimos cincuenta años, el hoy dictador venezolano ya hacía gala de su muy escaso desempeño intelectual.  Para muestra, intentemos recordar el nombre del primer movimiento con pretenciones de partido político que inventó el Espanto de Sabaneta en lo que serían sus primeros pasos oficiales como caudillo.

La mentada agrupación se simplificaba con las siglas MVR, pero si decidimos continuar con el reto de nuestra memoria hacia esos primeros capítulos de esta fatídica etapa de la historia de Venezuela, llegaremos a recordar que el nombre real de ese futuro desastre era (con sus letras completas) Movimiento Bolivariano Revolucionario, o sea, MBR. 

Siendo así... ¿De dónde salía la ’’V’’ en esa trilogía de letras? 
¿Será que alguno de los genios de la próxima a estrenarse revolución pretendía hablar de ’’Volibarianismo’’?  ¿Será que su sobremanoseado héroe no era Simón Bolívar sino Simón ’’Volíbar’’?

La verdad es que ese es un capítulo más, forzadamente cerrado por el olvido. Pero lo que camuflaron bajo el nombre de Movimiento Quinta República MVR (con el uso del número romano ’’V’’) realmente es el primero de muchos y muy variados errores que Chávez y sus patéticos ladrones cometerían de ahí en adelante.
De manera que no se trata, como lo hicieron creer, de un cambio de nombre por respeto al símbolo patrio que para aquel entonces representaba El Libertador.  Se trata, simple y llanamente, de una falta ortográfica.

Desde ese momento, la escritura y el verbo de cada revolucionario que tiene la desatinada oportunidad de hablarle al país a través de los medios de comunicación, la aprovecha para afianzar su ineptitud no solo como gobernante, sino como persona pública.

Fue el propio dictador, quien jugando a ser profesor en un tristemente recordado y maratónico show de TV, escribió en una pizarra y ante la mirada de todo el país y del mundo, la palabra ’’adquerir’’, en lugar de ’’adquirir’’. 

Tal vez el evento habría pasado por debajo de la mesa si no se hubiese tratado de una clase de alfabetización que el dictador se atrevió a impartirle a un grupo de ciudadanos inscritos políticamente en la no menos patética Misión Robinson, destinada (en teoría) a sacar del analfabetismo y del oscurantismo cultural a un gran sector de la población sin conocimiento para leer ni escribir.

Ese capítulo de nuestra historia en revolución se entremezcla con muchos otros que han demostrado sin vergüenza alguna el bajísimo nivel intelectual de los más altos peldaños del poder también mal llamado bolivariano.

Sin ir muy lejos, hace algunas semanas a la no menos lamentable Ministra de Salud, inaugurando un hospital, la escuchábamos haciendo referencia (micrófono en mano y reiteradas veces) de ’’la área’’ de cirugía y maternidad.
Claro, si tomamos en cuenta que la ministra estaba transmitiendo su acto inaugural a través de VTV, pues la cosa se disimula mucho más dada la destacada trayectoria del canal del estado revolucionario en materia de horrores ortográficos, principalmente en sus programas de opinión y noticieros.

Parece indetenible el deterioro intelectual de todo lo que tiene que ver con este proceso totalitario que en sí mismo es un error.

Y tras aceptar la decadencia cultural a la que estamos sometidos diariamente, los venezolanos ya nos hemos acostumbrado a ver escritas en la pantalla de ’’el canal de todos los venezolanos’’ frases como ’’época de Sembrina’’, hablando de los días festivos de navidad;  ’’Ministro de la Defenza’’ con la Z del zorro;  ’’Extrangular al proceso revolucionario’’ explicando la presión social que ciertos sectores políticos y empresariales ejercen sobre el régimen; ’’Candidato de la opocisión’’, refiriéndose al próximo Presidente de Venezuela...
En fin, el desfile interminable de atentados contra el idioma que comete nada más y nada menos que el principal medio de comunicación masiva del régimen, es poco menos que interminable y algo más que vergonzoso.  Pero en un gobierno que ha olvidado su razón de ser y sólo se dedica a pelear con la dignidad y a justificar su indiscutible ineficacia, esas cosas se convierten en el pan nuestro de cada día.

Aún recuerdo hasta con simpatía el audaz twit que ante el rumor de la muerte del caudillo enviara a la familia presidencial el diputado chavista Israel Sotillo, en un gesto descontrolado de jalabolismo post mortem.  Ahí, este traslúcido miembro activo de la revolución manifestó a los parientes del presunto fallecido sus más sentidas ’’condolensias’’ por la irreparable pérdida.

Un poco de risa y otro tanto de tristeza es lo que provocan estos casos que pretenden resumir la brutalidad lingüística del chavismo en su más pura esencia.

Lo cierto es que el dictador venezolano y toda su comitiva de desletrados y malhablados, deberían ofrecerle al país una gran FE DE RATAS...perdón...DE ERRATAS que al menos disculpen lo que a simple vista podría identificarse como Incultura del siglo XXI...solo eso.

¿Cuánto tiempo más tendremos que soportar esta larguísima secuencia de horrores (ortográficos, políticos y sociales)?  

De todos es sabido que la mayoría de los venezolanos, cuando hablamos, nos comemos las ’’eses’’:
-Hablamoj y decimoj laj cosaj de una manera máj cómoda que otraj personaj en el mundo. Y eso ej así...Ni máj ni menoj.

Ahora bien, ante el evidentemente paupérrimo manejo del idioma por parte del régimen, me pregunto: ¿Será que durante estos últimos 13 años, en lugar de comernos las ’’eses’’ al hablar lo que nos estamos comiendo los venezolanos son las ’’eces’’ al vivir?

El próximo 7 de ’’optubre’’ las cosas en Venezuela van a cambiar con toda seguridad.
La ’’occión’’ es clara.